Transformar la sociedad a través del Aprendizaje-Servicio:
Los estudiantes universitarios como agentes de cambio

Por Héctor del Castillo Fernández1 y Susana Núñez Nagy2
CUADERNOS DEL INSTITUTO IKEDA · 6 · Dic. 2022


RESUMEN: El Aprendizaje-Servicio es una metodología docente que combina procesos formativos y de servicio a la comunidad, donde los estudiantes se implican en necesidades reales de su entorno con la finalidad de mejorarlo. El objetivo de esta metodología es proporcionar a los estudiantes una experiencia educativa integrada en el contexto de una asignatura concreta y favorecer un proceso reflexivo sobre las actividades de servicio que realizan. Esto les permite alcanzar una comprensión más profunda del contenido de la materia y una visión más amplia de la disciplina, a la vez que se pueden enriquecer sus valores personales, y la toma de conciencia de su papel como ciudadanos capaces de provocar cambios en su entorno. En este artículo, se presentan algunas de las cuestiones fundamentales que sustentan la apuesta de la Universidad de Alcalá por esta metodología, así como ejemplos de proyectos que han sido pioneros en nuestro reto para contribuir a formar ciudadanos capaces de proporcionar acciones que traten de mejorar la sociedad.

PALABRAS CLAVE: Aprendizaje-Servicio, innovación educativa, educación superior, compromiso social.


ABSTRACT: Service Learning is a teaching methodology that combines training and community service processes where students get involved in real needs of their environment in an effort to improve it. The aim of this methodology is to provide students with an integrated educational experience in the context of a specific subject and to encourage a reflective process on the service activities they perform. This allows them to achieve a deeper understanding of the content of the subject and a broader vision of the discipline, while enriching their personal values and awareness of their role as citizens capable of causing changes in their environment. This paper presents some of the fundamental issues that underlie commitment of the University of Alcalá with this methodology as well as examples of projects that have been pioneers in our challenge to contribute to form citizens capable of providing actions that attempt to improve society.

KEYWORDS: Service Learning, educational Innovation, higher education, social engagement.


Estudiantes universitarios desarrollando la fase de aprendizaje en un Instituto de Educación Secundaria

1. Introducción

La Educación Superior del siglo XXI ha vivido cambios profundos que han transformado la Universidad, y uno de los retos que se plantea y demanda la sociedad es la capacidad que tenemos como institución para desarrollar metodologías docentes innovadoras que nos acerquen a ella, más acordes con los valores culturales de nuestro entorno y más significativas para los docentes y los estudiantes [i]. En este sentido, el Aprendizaje-Servicio se presenta como una de las metodologías con un mayor potencial transformador.

La Universidad de Alcalá comenzó a trabajar con intensidad en la implantación de esta metodología desde 2015, alcanzando un hito en 2017 con la creación del Observatorio de Aprendizaje-Servicio. En su definición, se planteaba que una de las misiones de la Universidad, como institución educativa de enseñanza superior, es la responsabilidad social en todas sus dimensiones y su servicio a la comunidad. La universidad está en la sociedad, al igual que la sociedad está en la universidad. Si la universidad se vincula con su entorno social, pues es producto de él, también es agente productora de los cambios que traen consigo nuevas realidades sociales, planteamientos y necesidades. La interrelación que existe entre universidad y sociedad, por lo tanto, es de beneficio doble y mutuo: una, en su aspiración a la mejora constante en la formación de individuos cívicos y responsables, capaces de adaptarse a los continuos cambios de la sociedad; la otra, en la necesidad de la comunidad de ponerse al servicio de la educación contribuyendo a su mejora continua.

Progresivamente se ha ido avanzando desde diferentes espacios, con el trabajo de la Red madrileña de Oficinas Universitarias de Aprendizaje-Servicio (ApS) y la creación de Oficinas de ApS en todas las universidades madrileñas y un espacio de colaboración que ha generado un intercambio de experiencias y reflexiones, dando innumerables frutos. Actualmente, la Universidad de Alcalá integra la Oficina de Aprendizaje Servicio en el Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online (IDEO), como un vehículo para el soporte a los docentes que quieren desarrollar proyectos de ApS en la institución.

2. ¿Qué es el Aprendizaje-Servicio?

La construcción del concepto de Aprendizaje-Servicio como metodología docente se ha ido construyendo en los últimos años con diversas aportaciones. A partir de los trabajos de Gelmon, Holland y Spring, (2018), Deeley (2016) Ruiz-Corbella y García-Gutiérrez, (2019), Serrano y Roig (2018) o Puig (2010), podemos definir el Aprendizaje-Servicio como una metodología que combina, en una sola actividad, contenidos, habilidades y valores con la realización de tareas que aportan un servicio a la comunidad. Esto genera dos bloques de trabajo: el aprendizaje, que aporta un conocimiento que se utiliza para mejorar algún aspecto concreto de la comunidad, y el servicio, que se convertirá en una experiencia de aprendizaje que proporcione conocimiento y valores.

Hay dos cuestiones clave que debemos tomar como referencia: se trata de una metodología docente, y eso implica que se enmarca en la educación formal y está centrada en el estudiante, con el objetivo de contribuir al desarrollo de competencias vinculadas al compromiso social y que, como resultado, conlleve un crecimiento tanto académico como personal. Se trata, por tanto, de una metodología docente intencional y estructurada con objetivos académicos y de compromiso social.

De acuerdo con Bingle y Hatcher (1995), el Aprendizaje-Servicio debe entenderse como una experiencia educativa integrada en las asignaturas (y que proporciona créditos) en la que los estudiantes: en primer lugar, participan en actividades de servicio mutuamente identificadas y organizadas que aportan algún beneficio a la comunidad y, en segundo lugar, reflexionan sobre la actividad de servicio de tal manera que obtienen una mayor comprensión del contenido de la asignatura y una visión más amplia de la disciplina, además de enriquecer, no solo sus valores y competencias profesionales, sino también los personales y de responsabilidad cívica.

Este planteamiento aporta tres cuestiones muy importantes en las que se puede profundizar y que caracterizan esta metodología docente.

En primer lugar, habla de una experiencia educativa integrada en las asignaturas. Esto es especialmente relevante para entender que no se trata de unas prácticas ni una experiencia de voluntariado, sino de un proceso de aprendizaje enmarcado en un contexto formal y que debe formar parte del conjunto de la asignatura, incluyendo el aprendizaje y el servicio en todo su diseño, además por supuesto, de la evaluación.

Furco (1996) expresa muy bien esta distinción, explicando la distancia entre estos conceptos como un eje con dos extremos. En uno de ellos estarían las prácticas, que tienen un carácter mucho más profesionalizante, orientadas al proveedor y vinculadas con el aprendizaje -más conectadas con la dimensión formal-, mientras que el voluntariado, en el otro extremo, está mucho más dirigido al servicio en sí mismo, con un carácter menos formal y más vinculado al receptor. El Aprendizaje-Servicio se podría situar en un punto intermedio, donde tanto la parte formal relacionada con el aprendizaje de los contenidos y el desarrollo de las competencias fundamentales de la asignatura implicada, como el servicio a la comunidad relacionado con la propia materia, tienen un protagonismo y una conexión tan estrecha que no es posible separarlos.

La segunda cuestión que se aborda en la propuesta inicial es la participación de los estudiantes en acciones de servicio mutuamente identificadas y organizadas (entre la institución educativa y los miembros de la comunidad) que aportan algún beneficio al entorno inmediato. Esta cuestión nos acerca al sentido de la metodología: ayudar a los estudiantes a tomar conciencia de su papel como agentes de cambio.

Para ello, el primer paso es diseñar un servicio significativo, es decir, un servicio que tenga una fundamentación teórica coherente y que realmente conecte con los beneficiarios, con la comunidad, con quienes demandan la necesidad sobre la que se va a actuar. El objetivo es diseñar la acción con cuatro conceptos presentes:

  • Trabajar CON la comunidad, haciendo partícipes de la actividad a los agentes afectados o implicados en la necesidad sobre la que se va a actuar, o trabajando en colaboración con ellos.
  • Trabajar SOBRE la comunidad, lo que implica que el diseño de la actividad sea una propuesta que parte de una necesidad real, identificada por la propia comunidad o en colaboración con ella, por parte del estudiantado.
  • Trabajar EN la comunidad, es decir, integrarse en el entorno con el que se va a realizar la actividad, trabajar directamente en el espacio de acción (aunque habrá trabajo desarrollado fuera de este como lectura, preparación de materiales, etc.).
  • Trabajar POR la comunidad, planteando la actividad siempre con el objetivo de que el servicio genere un beneficio real que quede patente al finalizar el trabajo (cambio, sensibilización, visibilización, etc.).

Por último, se plantea el concepto de reflexión sobre el servicio. En este punto se conecta con la propia evaluación del proceso y del resultado, de tal forma que esa reflexión de los estudiantes sobre el trabajo realizado debe servir para contribuir también a la toma de conciencia del papel que pueden desempeñar en la sociedad desde su propio espacio profesional. Como señalan Ash y Clayton (2009) en su propuesta de modelo de reflexión crítica, la reflexión debe ser tanto retrospectiva como prospectiva y debe incluir la oportunidad de explorar, aclarar y modificar los propios valores.

Este planteamiento nos permite conectar con la última idea que se presenta en la definición inicial de Bingle y Hatcher (1995), que cierran su exposición señalando que los estudiantes obtienen una mayor comprensión del contenido de la asignatura y una visión más amplia de la disciplina, enriquecen sus valores personales y responsabilidad cívica. Es decir, que con el trabajo desde esta metodología podemos contribuir a que nuestros estudiantes terminen sus titulaciones convirtiéndose en profesionales acreditados y también en graduados comprometidos, asumiendo así su papel como agentes de cambio desde su espacio de acción personal y profesional.

Desde esta perspectiva, un graduado comprometido es alguien que: a) está educado formalmente y, en consecuencia, ha obtenido un Grado universitario; b) tiene capacidad y orientación para trabajar con otros, en parte gracias a su experiencia en actividades que le han permitido hacerlo tanto a nivel académico como social; c) que puede realizar este tipo de trabajos de manera democrática, asumiendo los cuatro conceptos mencionados anteriormente sobre la relación entre el trabajo y la comunidad; y d) puede abordar este trabajo con el objetivo de mejorar su entorno. Todo esto, obviamente, con la influencia de su contexto político, social, económico, ambiental e histórico, así como por la mezcla de fuerzas culturales.

Tras analizar este planteamiento podemos concluir cuatro motivaciones fundamentales para considerar el Aprendizaje-Servicio como una metodología docente, más que útil, necesaria en el proceso de aprendizaje de cualquier estudiante universitario:

  1. Contribuye a que el aprendizaje académico sea significativo, contextualizando e integrando los aprendizajes en situaciones aplicadas, realistas y con impacto directo en el entorno.
  2. Aumenta el compromiso de los estudiantes, facilitándoles el contacto con espacios de trabajo reales que afectan a personas o al entorno, y se relacionan con su ámbito de actuación profesional.
  3. Se centra en la justicia social y los problemas sociales, poniendo siempre el énfasis en la solución de problemas o la contribución a mejorar la sociedad y, sobre todo, a tomar conciencia de su papel en ella, de la posibilidad de tener una participación activa en el cambio social.
  4. Desarrolla habilidades democráticas y competencias necesarias para ser ciudadanos y profesionales comprometidos.

Además, el desarrollo de proyectos de Aprendizaje-Servicio en el marco de asignaturas de titulaciones oficiales de grado y posgrado universitario contribuye a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos en la Agenda 2030.

Estos objetivos comparten muchas de las bases de la propia metodología, como el hecho de estar centrados en la persona, con un objetivo clave: no dejar a nadie atrás. En este sentido, los ODS incorporan los desafíos globales como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, la paz y la justicia; e inciden sobre la transformación de la sociedad mundial en términos de valores, hábitos de vida y de consumo, formas de producción y distribución, por lo que la relación con los servicios que se pueden plantear en los proyectos de ApS es más que evidente.

3. ¿Qué puede aportar el Aprendizaje-Servicio en la Universidad?

Las instituciones educativas y, concretamente, la Universidad han avanzado significativamente en los últimos 20 años en el aprendizaje de conocimientos significativos, el desarrollo de competencias profesionales y el aprendizaje de procedimientos y habilidades democráticas. Sin embargo, hay muchos retos por delante, ya que sigue sin prestar un servicio auténtico a la comunidad y, en ocasiones, no es capaz de aprovechar la posibilidad de un trabajo en red con otras entidades sociales.

Por otra parte, en las entidades sociales y los espacios de educación no formal, la acción educativa se centra en el servicio a la comunidad que presta la propia entidad y se destaca el aprendizaje práctico de valores humanos y actitudes democráticas, particularmente, la participación, el compromiso y la voluntad de transformación social. Sin embargo, no se explicitan o planifican suficientemente los aprendizajes.

Las pedagogías no institucionales han contribuido a generar un movimiento en las instituciones educativas hacia espacios no habituales en los últimos años. Como señala Carbonell (2014), Dewey mantiene que la educación asistemática y extraescolar, que se adquiere en la familia, en la calle o en otros espacios del entorno inmediato, es más vital, profunda y real, mientras que la educación formal suele ser más abstracta y menos influyente, aunque también más amplia, completa y segura.

¿Cuál es el reto entonces? Articular las cualidades positivas de ambas formas de educar, integrando el aprendizaje formal con las vivencias cotidianas del entorno. Ese es uno de los espacios en los que encuentra sentido el Aprendizaje-Servicio.

Si convenimos que el protagonista es el estudiante, a través del Aprendizaje-Servicio se puede contribuir a un tipo de educación integral e integrada, holística y de compromiso ético-social con su entorno. El objetivo es formar a los estudiantes impulsando el bien común y la justicia social, combinando la docencia universitaria con la acción social y el servicio a la comunidad.

En relación con la parte más formal del aprendizaje de las materias, el ApS contribuye a asimilar mejor las competencias y contenidos de las asignaturas, y facilita su aplicación en la realidad fuera del aula. Además, facilita un espacio de acción para que los estudiantes se sientan más comprometidos con su propio aprendizaje, fortaleciendo su capacidad de reflexión y autoevaluación.

En la parte más relacionada con el compromiso social y el desarrollo humano y profesional de los estudiantes, estimula el compromiso social y la responsabilidad con el entorno, además de un desarrollo integral de la persona como individuo, como profesional y como ciudadano que trasciende las paredes del aula.

Esto implica que los estudiantes tomen conciencia de su papel como agentes de cambio en la sociedad y asuman su rol como ciudadanos que pueden transformar la sociedad con pequeñas acciones desde su propio espacio personal y profesional, con una visión más ética y más comprometida, inclusiva, justa, equitativa y solidaria.

4. El Aprendizaje-Servicio en la Universidad de Alcalá

El desarrollo del Aprendizaje-Servicio en la Universidad de Alcalá ha sido creciente en los últimos cursos. Se han desarrollado proyectos en diferentes ámbitos y con diferente recorrido, que han permitido corregir detalles que ayudan a implantar los proyectos cada vez con más eficacia y mejorar las relaciones con las entidades del entorno, aunque sigue habiendo mucho trabajo por delante.

Desde la Oficina de Aprendizaje-Servicio y el Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online (IDEO) se ha trabajado para identificar experiencias de ApS que ya existen en la UAH, con el fin de visibilizar las prácticas que se están llevando a cabo, y de contribuir a formalizarlas siguiendo protocolos que nos ayuden a registrarlas adecuadamente y hacer un seguimiento apropiado.

Además, se ha trabajado intensamente para sensibilizar a la comunidad universitaria para la aplicación de esta metodología dando el apoyo necesario a los docentes que lo han requerido, tanto a nivel académico como en la gestión de los contactos con entidades.

Otra de las acciones que se han desarrollado es el impulso de la metodología dentro de los programas propios y las convocatorias de proyectos y grupos de innovación docente, con el objetivo de ampliar la visibilización y el impacto de la metodología en la institución. De hecho, se ha introducido una línea prioritaria de Aprendizaje-Servicio en todas las convocatorias de proyectos de innovación docente.

A continuación, se presentan las líneas básicas de dos proyectos de Aprendizaje-Servicio que han tenido un protagonismo especial en la Universidad de Alcalá durante los últimos años.

4.1. Olimpiadas solidarias: un ejemplo de colaboración institucional

Desde el curso académico 2017/2018 se ha venido desarrollando un proyecto de Aprendizaje-Servicio denominado ‘Olimpiada Solidaria’ que recibió un Premio Nacional en el año 2019, y que ha sido un ejemplo de coordinación institucional desde su primera edición.

La primera edición del proyecto nació a partir de un proyecto de Manos Unidas en la localidad de Budidampadu (India) y de una voluntad de contribuir a reducir los problemas que tienen muchos niños y niñas de ese lugar, dónde no se cubren mínimamente las necesidades básicas: problemas de alimentación, sanidad y, especialmente, educación.

Para contribuir a reducir estas dificultades se inició el proyecto ‘Olimpiada Solidaria’ que ha tenido, en cada edición, un proyecto de Manos Unidas vinculado, que se ha convertido en el beneficiario principal del proyecto.

Uno de los aspectos más destacados de este proyecto ha sido desde sus inicios la intensa labor de coordinación y colaboración entre entidades, que ha permitido que salga adelante cada año con éxito.

En este proceso tomaron un papel destacado la Bolsa de Voluntariado del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, La Ciudad Deportiva Municipal de El Val y la Universidad de Alcalá a través del Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online (IDEO), la Oficina de Aprendizaje-Servicio y los estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFYDE), haciendo una función mediadora y facilitadora entre instituciones sociales relacionadas con las actividades solidarias a través del deporte.

Además, en el proyecto han participado diversas entidades, como el IES Cardenal Cisneros (impulsor de la primera edición) y los IES Alonso Quijano e IES Lázaro Carreter, que se han incorporado en ediciones sucesivas al proceso de organización, y también el Ayuntamiento de Alcalá de Henares a través de la Concejalía de Participación Ciudadana, que ha facilitado por medio de la Bolsa de Voluntariado parte de los talleres e iniciativas. Así mismo, se sumaron los medios de comunicación locales, principalmente los medios online y escritos del Corredor del Henares, la delegación de Manos Unidas de Alcalá de Henares y la entidad Alcalá Desarrollo.

Han participado en las Olimpiadas un total de 9 institutos de enseñanza secundaria y 10 colegios de educación infantil y primaria.

El proyecto ha tenido dos fases en cascada:

Por una parte, los estudiantes universitarios han vivido un proceso de ApS en el que han recibido una formación (fase de aprendizaje) sobre la metodología de Aprendizaje-Servicio, sobre el proyecto de Manos Unidas y sobre la organización de eventos deportivos (relacionada con la materia objeto de su asignatura). Y también han realizado un servicio, consistente en colaborar en la planificación y organización del evento deportivo (Olimpiada Solidaria) y, a su vez, formar a los estudiantes de educación secundaria que realizarían tareas logísticas en el propio evento, participando así de la fase de aprendizaje de estos estudiantes de los institutos.

Por otra parte, los estudiantes de Educación Secundaria han realizado ocho sesiones de trabajo de organización: dos para conocimiento de las necesidades, cuatro con los estudiantes de CCAFYDE, y dos sesiones de preparación de material para las visitas a los centros. Estas últimas, ampliadas en dos sesiones más, previas a la Olimpiada para ultimar responsabilidades, tareas de los equipos de organización y entrega del material impreso: guías de eventos de la mañana, planos de las pistas y su ubicación, decisión de responsables de equipos participantes e itinerario de los equipos. Este material fue entregado a cada alumno de 4ºESO para el desarrollo de la Olimpiada.

Las dos primeras sesiones de trabajo se llevaron a cabo en el instituto. En ellas participaron los estudiantes y los profesores implicados. El objetivo de estas sesiones fue informar a los alumnos de 4º de ESO acerca de cuáles son las características de un proyecto de ApS, la fase de trabajo preparatorio y el desarrollo del servicio, y explicar el proyecto de Manos Unidas.

La siguiente sesión, trabajando anteriormente en simultáneo con la Universidad, fue una reunión conjunta de creación de equipos mixtos, la UAH (CCAFYDE) con alumnos de 4º del IES, en la que se decidió la estructura de trabajo para la organización del evento en tres equipos mixtos:

  • Equipo Dossier: encargado de recoger y reflejar todos los procesos internos y externos que tuviesen lugar en el progreso de la organización de la Olimpiada, incluyendo los reglamentos, las personas implicadas, la seguridad, los elementos curriculares, las responsabilidades y todo lo referido al inicio, preparación y realización del ApS.
  • Equipo Comunicación: se responsabilizan de elaborar y difundir, por todos los medios disponibles, los motivos solidarios y la invitación a la participación en la Olimpiada; visitar los centros de ESO de la Ciudad; cubrir el evento como reporteros y elaborar los materiales que recojan el proceso.
  • Equipo Jornada: se responsabilizan de la organización, acogida y desarrollo del evento a nivel logístico.

Toda la estructura de trabajo en el proyecto se ha visto cada año beneficiada por la implicación de todos los agentes y se ha visto enriquecida por la experiencia de las ediciones precedentes.

Los resultados de este proyecto se pueden abordar en tres dimensiones:

A nivel educativo, los alumnos universitarios han podido conectar los aprendizajes sobre la organización de eventos deportivos con la organización de un evento real, en el que han tenido que coordinarse entre ellos y con otras entidades, además de formar a los estudiantes de secundaria en aspectos diversos (elaboración de reglamentos, diseño de competición, logística, etc.). Algunos aspectos importantes en este proceso han sido la voluntad de hacer pensar a los alumnos sobre las necesidades de su entorno y poder colaborar para la mejora de las mismas, así como darles un papel protagonista y útil tanto en los centros educativos como en la sociedad.

A nivel del servicio, los estudiantes han analizado la situación de partida del proyecto de Manos Unidas y elaborado un mural expuesto en la Casa de la Juventud de Alcalá de Henares y han desarrollado un evento deportivo en el que han visibilizado la situación y se han recaudado fondos para contribuir a una mejora de la situación planteada.

En cuanto a los resultados, ha sido especialmente destacable el hecho de potenciar el trabajo en red entre las instituciones educativas y las entidades sociales, permitiendo un trabajo en equipo con otras instituciones con objetivos comunes y estableciendo coordinaciones para los próximos cursos. Además, se han conseguido logros con respecto a la consecución de objetivos, tanto en aspectos de sensibilización, recaudación de fondos, adquisición de aprendizajes curriculares, aprendizaje de conocimientos científicos, organizativos, etc.

4.2. Violencia Sexual Facilitada por Drogas: un proyecto de ApS transdisciplinar

Uno de los proyectos de Aprendizaje-Servicio con más recorrido en nuestra universidad, y que ha tenido un marcado carácter transdisciplinar, es el que aborda la temática de la Violencia Sexual Facilitada por Drogas (VSFD). El ocio nocturno a veces tiene trágicas consecuencias cuando, por sustancias psicoactivas suministradas sin saberlo en las bebidas o como riesgo oportunista asociado al consumo abusivo de alcohol, la persona pierde el control de su voluntad y es objeto de abusos de todo tipo, incluyendo agresiones sexuales. Estas situaciones afectan especialmente a jóvenes y adolescentes.

Este proyecto, distinguido como Acción de Impacto Institucional (Ai3) y reconocido como Proyecto de Innovación Docente en la UAH, nació en el curso 2017/2018 a partir de un grupo de profesores de la Facultad de Farmacia. En el proyecto se utiliza el Aprendizaje-Servicio (ApS) para formar al estudiantado, combinando su aprendizaje académico y personal con un servicio a la comunidad. Se focaliza en la intervención educativa para prevenir el consumo de drogas y violencia sexual en contextos de ocio juvenil, usando el aprendizaje entre iguales como estrategia en el aprendizaje y en el servicio social realizado.

El objetivo de este proyecto ha sido implementar una acción de aprendizaje entre iguales, integrando conocimientos con acciones interdisciplinares y colaborativas entre diferentes grados de la Universidad de Alcalá (UAH).

Originalmente, los objetivos específicos fueron los siguientes:

  • Realizar una coordinación horizontal, vertical e interdisciplinar entre los profesores de la universidad, que optimice la carga de trabajo de los estudiantes.
  • Utilizar herramientas virtuales para la ejecución del proyecto.
  • Formar a los estudiantes como ciudadanos activos y proporcionar oportunidades para aplicar y mejorar sus competencias profesionales y personales.
  • La mejora de las capacidades docentes de los docentes implicados.

El proyecto involucra a múltiples asignaturas de diversos grados como Criminalística y Ciencias Forenses, Farmacia, Biología Sanitaria, Enfermería, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y Comunicación Audiovisual, movilizando a un amplio grupo de docentes e investigadores y a varios cientos de estudiantes. Su equipo está constituido como Grupo de Innovación Docente, Grupo de Investigación y Grupo de Trabajo Agenda 2030 UAH en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible: 4 (Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos), 5 (Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas) y 3 (Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades).

El crecimiento del proyecto ha desembocado en la creación de una asignatura transversal que aborda este tema con profesorado de diferentes áreas y desarrollando acciones en colaboración con diferentes entidades. A modo de ejemplo, esta materia, impartida por primera vez en el curso académico 2021/2022, ha generado un espacio de trabajo transdisciplinar que integra la participación colaborativa entre alumnado y profesorado universitario, profesorado de instituto y autoridades municipales. Durante este primer curso, la experiencia educativa se ha estructurado en dos partes (atendiendo a la diferenciación entre el bloque de aprendizaje y el bloque de servicio):

  • En la dimensión de Aprendizaje, un equipo interdisciplinar de ocho docentes ha guiado al alumnado en el estudio de la VSFD, enfocando el problema desde las Ciencias Jurídicas, las Ciencias de la Educación, las Ciencias de la Comunicación y las Ciencias Forenses.
  • En la del Servicio, el alumnado ha diseñado proyectos de prevención y sensibilización frente a la VSFD, dando rienda suelta en el aula, a su capacidad creativa, contando con la ayuda, apoyo y supervisión del profesorado.

Estos proyectos preventivos se han dirigido principalmente a jóvenes de una edad similar, concretamente, al alumnado de niveles educativos inferiores en institutos de educación secundaria. Las técnicas propias de la comunicación entre pares han jugado un papel clave en la dinamización de este efecto sensibilizador en cadena: el propio alumnado universitario intervino como agente activo para el cambio social, apropiándose del conocimiento previamente adquirido, impactando positivamente en su entorno local cercano.

Los estudiantes universitarios matriculados en la asignatura transversal han llevado a la práctica sus proyectos, impartiendo una veintena de talleres educativos en diez institutos de Enseñanza Secundaria de los municipios de Alcalá de Henares, Coslada y Azuqueca del Henares, alcanzando a más de trescientos alumnos y alumnas. A su vez, estos centros han replicado la iniciativa, generando un efecto en cadena dentro del propio centro, multiplicando así el alcance preventivo de la intervención.

Los pasos del servicio se desarrollan secuencialmente, desde el momento en que los alumnos de 2º de bachillerato reciben la formación por parte de los alumnos universitarios comienza un proceso de aplicación del aprendizaje hacia el servicio:

  • Talleres de reflexión en pequeños grupos.
  • Aportaciones y materiales sobre la realidad de la problemática tratada en nuestro entorno: noticias de agencias, denuncias, testimonios, comunicados de prevención de las instituciones oficiales.
  • Elaboración de un plan para informar y concienciar a nuestro entorno, elección de destinatarios según la edad evolutiva y modelo de actuación.
  • Investigación de la psicología adolescente que se ajusta a los destinatarios, alumnos de 3º y 4º ESO, para ajustar el mensaje.
  • Realización de presentaciones dinámicas, bien informadas y ensayos de oratoria entre compañeros.
  • Coordinación con otros profesores para ir a sus clases e informar a sobre datos de riesgo, prevención y actuaciones en situación de víctima.
  • Recogida oral de dudas, corrección de bulos y valoración de la utilidad de esta información.

Los alumnos que realizaron el servicio el curso 2020/2021 son los que recibieron ya este servicio cuando cursaban 3º ESO, y son ellos los que continúan esta labor por la igualdad, defensa de la libertad y solidaridad.

En cuanto a los resultados, las opiniones recibidas por parte de los padres y madres favorecen la continuidad de este servicio a la comunidad y los niveles de satisfacción de los alumnos de 3º y 4º de ESO, como destinatarios, y de los alumnos de 2º de bachillerato, como ponentes, es altamente satisfactoria. Son los propios alumnos los que acompañan con su interés y protagonismo esta iniciativa de ApS.

Dicha iniciativa ha permitido una canalización exitosa de mensajes preventivos frente a la violencia sexual, y persigue la implementación de una intervención preventiva dentro del sistema educativo, basada en la metodología de ApS y dirigida hacia potenciales agresores, víctimas y testigos.

Es importante señalar de nuevo que los proyectos ApS necesitan la colaboración y coordinación entre diversas entidades sociales, más aún cuando son necesarios los aprendizajes en el ámbito de la salud, la igualdad y la no discriminación de género, donde se sigue desarrollando este proyecto. En este proceso la Bolsa de Voluntariado del Ayuntamiento de Alcalá de Henares realizó una función mediadora y facilitadora entre instituciones sociales relacionadas con la sanidad y los jóvenes y la Universidad de Alcalá, en la que participó la propia universidad, a través del Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online (IDEO) y de la Oficina de ApS. También participaron en él los estudiantes de la asignatura transversal ‘Sumisión química’, el profesorado del Departamento de Química Analítica, Química Física e Ingeniería Química, el Grupo de Investigación en Ciencias Químicas y Forenses (CINQUIFOR), el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales y la comunidad educativa del IES Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares.

5. A modo de conclusión

Pensando en el futuro, hay diversas opciones para fomentar el ApS en el ámbito universitario. No solo se obtienen resultados interesantes con proyectos de gran envergadura. El docente tiene múltiples posibilidades de ofrecer a sus estudiantes entornos propicios para esta forma de aprendizaje profundo, significativo y con rédito en la sociedad. Pequeños proyectos dentro de una sola asignatura, una asignatura completa o incluso acciones coordinadas entre varias asignaturas de un mismo o diferentes grados, postgrados, o tesis doctorales. Tenemos en la Universidad otros muchos ejemplos como pueden ser la escuela de espalda, taller de prevención de riesgo de caídas para personas mayores o intervención de fisioterapia para niños en los estudios de una asignatura optativa del grado en Fisioterapia. Otros ejemplos pueden ser algunos trabajos de fin de grado, como el derivado por una acción de cooperación internacional en El Salvador promovido por el Grupo ACORDES (Alianzas de Cooperación Promotoras de la Resiliencia para el Desarrollo Sostenible de Grupos Vulnerables). En la Universidad de Alcalá tenemos activas muchas otras iniciativas en diferentes áreas relacionadas con el medio ambiente, la salud y la educación, fundamentalmente.

El ApS se puede promover dentro de una pequeña comunidad (comunidad de vecinos, por ejemplo), comunidad autónoma, o más allá. La Red madrileña de Oficinas Universitarias de Aprendizaje-Servicio o la Red Universitaria Española de ApS (https://www.aprendizajeservicio.net/) son organizaciones a las que se puede acudir, además del Observatorio Europeo de Aprendizaje-Servicio en Educación Superior (https://www.apsuniversitario.org/observatorio-europeo), que proporciona apoyo para cualquier iniciativa que tenga ese recorrido. También hay ejemplos de institucionalización en Latinoamérica (https://www.clayss.org.ar/redibero.html) o en Estados Unidos (https://www.nylc.org/default.aspx).

Más cerca, en la Universidad de Alcalá, la Oficina de ApS de la UAH, integrada en el Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online (https://ideo.uah.es/es) está siempre disponible para facilitar apoyo y orientación de cualquier iniciativa que se quiera llevar a cabo.


[1] Héctor del Castillo es Profesor Titular de Universidad en el Departamento de Ciencias de la Educación y Director Académico del Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios On-line de la Universidad de Alcalá.

[2] Susana Núñez es Profesora Contratada Doctora en el Departamento de Enfermería y Fisioterapia y responsable de la Oficina de Aprendizaje-Servicio de la Universidad de Alcalá.


Notas

[i] En coherencia con el principio de igualdad entre mujeres y hombres y la ausencia de discriminación por razón de sexo, las referencias al género contenidas en este artículo son de naturaleza genérica y se refieren indistintamente a mujeres u hombres.


Referencias

Ash, S. L. & Clayton, P. H. (2009). Generating, deepening, and documenting learning: The power of critical reflection in applied learning. Journal of Applied Learning in Higher Education, 1(1), 25-48.

Bingle, R. & Hatcher, J. (1995). A Service-learning curriculum for faculty. Michigan Journal of Community Service Learning, 2, 112-122.

Carbonell, J. (2014). Pedagogías del siglo XXI. Alternativas para la innovación educativa. Barcelona: Octaedro.

Deeley, S. J. (2016). El Aprendizaje-Servicio en educación superior: Teoría, práctica y perspectiva crítica. Narcea.

Furco, A. (1996). Service-learning: A balanced approach to experiential education. Expanding Boundaries: Serving and Learning, 1, 1-6

Gelmon, S. B., Holland, B. A. & Spring, A. (2018). Assessing service-learning and civic engagement: Principles and techniques. Stylus Publishing, LLC.

Puig, J.M. (2010). Aprendizaje Servicio (ApS). Educación y compromiso cívico. Barcelona: Graó.

Ruiz-Corbella, M. & García-Gutiérrez, J. (Eds.) (2019). Aprendizaje-Servicio. Los retos de la evaluación. Madrid: Narcea.

Serrano, L. R. & Roig, A. E. (Eds.) (2018). Aprendizaje-Servicio (ApS): claves para su desarrollo en la Universidad. Ediciones Octaedro.

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