Por Juan José Zacarés1, Alejandro Iborra2 y Ana Belén García-Varela3
CUADERNOS DEL INSTITUTO IKEDA · 3 · Jun. 2021
(A la primera parte del artículo).
5. Sentirse parte de una comunidad
Alejandro Iborra: Mientras te escuchaba estaba pensado en algo, y teniendo en cuenta lo que decía Ana antes, ¿de qué comunidades formo yo parte? ¿en qué comunidad puedo desarrollar la generatividad? Porque va más allá de mí, como adulto ¿de qué comunidades formo parte para cuidar o aportar algo a esa sociedad? Y estaba dándole vueltas a esto porque no es fácil y tampoco hay tiempo para formar parte de comunidades, hay entornos pequeños, rurales en los que esto, a lo mejor, es más sencillo, pero en las grandes ciudades es más complejo mantener esto.
Pensaba en nuestro viaje a Japón y esas redes de aliento mutuo de profesores en las que trataban de apoyarse en su trabajo; digo profesores porque es el colectivo con el que más hemos trabajado. Es una imagen bonita: el aliento mutuo. Nosotros, en la universidad de Alcalá hace años, no sé si fracasamos en crear una red, en cierta manera, de profesores innovando. La idea que teníamos de fondo era generar espacios de reflexión de profesores que sirvieran de apoyo en su tarea. En este sentido, ¿de qué comunidades eres parte, Juanjo? ¿O en qué comunidades te ves formando parte para facilitar este tipo de tareas generativas?
Juan José Zacarés: Bueno, es verdad que el ‘sentirse parte de’ es también un cierto regalo con el que uno se ha ido encontrando a lo largo de la vida y de personas que te lo han facilitado y, si no encuentras esos sentimientos, pues a lo mejor te pasas toda la vida buscándolo y añoras algo que nunca has tenido. Muchos jóvenes creo que lo necesitan y a veces no encuentran… se trata de decir “pues me siento parte de esta sociedad”. Es algo tan abstracto, tan genérico y diluido que, hoy por hoy, no tiene ningún sentido para muchas personas. Pero, a lo mejor, un cierto sentimiento de sentirte comunidad más amplia ya es necesario que se vaya edificando en los jóvenes.
En mi caso, yo siempre, por un lado, a nivel laboral he tenido una cierta conciencia de la facultad como entorno generativo. El otro día, precisamente, hablando con una persona sobre el cambio de decanato… hay entornos organizacionales con equipos directivos que te ayudan a sentirte parte de esa facultad, por ejemplo. Me resulta cómodo sentirme parte de ese entorno donde podemos aportar y trabajar bien con otros y donde estoy muy a gusto. Claro, hay dinámicas organizacionales súper tóxicas y súper negativas, entonces, es todo lo contrario, quieres hacer tu trabajo y salir de ahí lo antes posible, no quieres sentirte parte de él para nada. Pero yo, en este caso, he ido de menos a más.
Luego, hay un entorno personal, que vivo también con mi mujer, en pareja, que es el formar parte de una comunidad de Espiritualidad Ignaciana, una comunidad mundial. Entones eso es algo que tuve la suerte de encontrar al final de la carrera, y bueno, me resulta fácil y natural el sentirme parte de esa comunidad porque, a la vez, tenemos una conciencia todos de lo que cada uno aporta, ayuda y puede favorecer al desarrollo de otras personas. Es algo muy natural, ahí nos juntamos gente de distintas profesiones, distintas situaciones vitales y muchas veces lo que hacemos es revisar lo que hacemos cada uno y cómo podemos hacerlo mejor, dicho pronto y claro, desde una visión sostenida por esa espiritualidad ignaciana. Entonces, bueno, esa comunidad para mí también es importante y ya son compañeros de vida, casi todas estas personas, que además como están en otras partes de España y del mundo me resulta fácil reconocer (Salamanca, Madrid, Barcelona…). Es una comunidad que en los momentos de pandemia nos ha ayudado muchísimo en nuestras reuniones, conversaciones… Entonces, esa comunidad también tiene un componente generativo, por eso a mí me resulta fácil sentirme que estoy aportando con otros. Por ejemplo, desde esta comunidad hace unos años estamos generando programas psicoeducativos para distintas situaciones familiares. Por ejemplo, hemos creado el reloj de la familia que es un taller para revitalizar los proyectos de pareja y de familia; hemos creado el taller de cuatro estaciones para parejas divorciadas y separadas y que se quieren replantear cómo reconstruir su vida…
Claro, para mí es fácil ver cómo la acción de todos va ayudando a dejar cosas que enseguida generan muchas repercusiones positivas. El otro día presentamos el reloj de la vida porque una persona de la comunidad de Sevilla había trabajado en una residencia de mayores y había diseñado unos talleres de espiritualidad para mayores sobre temas de soledad, envejecimiento, la pérdida… y, claro, continuamente te das cuenta de que sumando lo que va haciendo cada uno podemos ayudar a otra gente. Entonces, claro, esa comunidad, por ejemplo, ha sido, y sigue siendo, importante en mi vida. Y este momento está dando muchas aportaciones generativas… y yo como psicólogo enseguida puedo echar una mano ahí o colaborar.
Y ¿qué otras comunidades? La comunidad familiar y de amigos es importante también, los amigos de toda la vida. Esto te lo he dicho muchas veces [Alejandro]. Los amigos con los que nos vamos de casa rural una semana al año desde que nuestros hijos eran pequeños. Vamos a cumplir los 25 años de casa rural. Pues es una pequeña comunidad que sabes que también está ahí y que estamos todos disponibles unos para los otros y nos hemos visto crecer. Entonces, nuestros hijos ahora ya generan sus propios lazos de amistad con los hijos de los otros, ya no es necesario que los obliguemos nosotros, y ellos tienen su vida propia y generan sus viajes, sus cenas, sus cosas y es una comunidad natural de otro tipo, pero también hay unos valores que hemos ido construyendo. Esta pregunta nadie me la había hecho antes, pero me has hecho pensar, esas tres comunidades yo creo que son importantes.
Alejandro Iborra: Qué importante, es como decías antes, que muchos jóvenes actualmente no se sienten parte de algo, de un grupo… y creo que sentirte parte de una comunidad es algo que hay fomentar. Hay adultos que tampoco se sienten parte de algo y yo creo que cada vez es más difícil generar este tipo de relaciones comunitarias. A veces, en nuestra sociedad lo comunitario puede tener hasta un cierto sesgo, cierta connotación negativa porque siempre está con este foco individualista: lo individual, la libertad… Como si formar parte de algo fuera en contra de esa libertad individual, cuando no es así, o no necesariamente, pues depende de las características de la comunidad, por supuesto.
Juan José Zacarés: Claro, uno de los riesgos puede ser cuidar solo de los tuyos y cuidar de los que son como tú [Alejandro: las pseudo-especies que decía Erikson]. Toda esa línea que no se toma, que no se desarrolla mucho… Pero en el fondo se trata de una manera muy restringida de ser generativo, ciñéndose solo a los que son de tu grupo, tu religión, tus ideas… Y excluyes de tu cuidado a todos los que son diferentes, claro. Eso está ahí también. Hay análisis sobre ese tipo de generatividad estricta, ceñida a la tradición donde tú excluyes a los demás. El propio Erikson ya advirtió de la importancia de a quién consideras digno de ser cuidado o no y de los riesgos que tiene a nivel de xenofobia, de exclusión social… Y hay un poco de eso hoy en nuestra sociedad tan polarizada que rápidamente dice: “tú no me tienes nada que aportar porque piensas de una manera totalmente diferente a la mía, yo te etiqueto ya” y viceversa. Así no hay manera de tender puentes o de dialogar realmente, o sea que esto es un desafío para la generatividad más amplia, hay como unos dilemas de la generatividad que seguramente algún día tendríamos que plantearnos y también escribir algo de esto y pensar.
Alejandro Iborra: Es el lado oscuro de la generatividad restringida o excluyente [Ana Belén García-Varela: Sectaria, según os escuchaba; Juan José Zacarés: sectaria, sí.] En cierta manera, un sentido amplio de espiritualidad ¿podría contribuir a evitar eso? Porque la espiritualidad, que a veces no se incluye en la psicología, paradójicamente, yo creo que es algo que forma parte intrínseca con el desarrollo y con la generatividad en particular, me parece. ¿Qué crees? ¿O no necesariamente? Digo, porque la espiritualidad entendida como algo que te lleva a estar en contacto como algo más allá de ti, más allá de uno mismo, en un sentido muy amplio del aspecto, no en una perspectiva religiosa, sino en una perspectiva de estar ampliando los límites de uno mismo, buscando algo mayor, buscando estar en contacto con algo mayor que contribuya a darte sentido [Ana Belén García-Varela: sí, eso estaba pensando]. Creo que la generatividad puede contribuir a eso y, por lo tanto, ser más inclusivo y puede facilitar este tipo de procesos: considerar la discrepancia, la diferencia y no solo comprenderla, atenderla, incluirla, porque hay algo más amplio siempre en lo que cabe.
Ana Belén García-Varela: Sí, desde la idea siempre de cómo transcender tu propio yo, sentirte interconectado con los demás, a tu contexto y a las demás personas, no solo incluso a las que pertenecen a grupos de los que tú te sientes comunidad, sino, a lo mejor, en un sentido más amplio de sociedad. De sociedad, no sé si global… yo sé que a Alejandro esa palabra no le gusta mucho, pero…
Alejandro Iborra: No me gusta porque a veces pienso que esos aspectos globales a veces incluyen los aspectos locales, o es un globalismo que amenaza lo local. Es como la metáfora de que vas a cualquier ciudad ahora en el mundo y es la misma ciudad, las mismas tiendas, los mismos tipos de edificios… porque lo global a veces va dirigido por grandes corporaciones y están en todas partes, y les interesa porque su negocio está ahí, y el problema es que ese globalismo está excesivamente dirigido por pocas corporaciones muy poderosas. Es lo que no me gusta de lo global.
Ana Belén García-Varela: Yo cuando me refiero a global estoy hablando de lo que compartimos como seres humanos.
Alejandro Iborra: Eso sí, eso también, pero incluir eso en diálogo permanente con lo local porque lo global es una abstracción que se nutre de lo local. Hay que integrar esas dos polaridades; si no se hace, se tiende a generar situaciones limitantes, vamos a decirlo así. Yo creo que la generatividad, en ese sentido, creo que podría contribuir a esa tarea de integración. Antes decías, Juanjo, interdiálogo, intergeneración, es como crear puentes, la generatividad genera puentes, vincula y eso es algo valioso que hay que trabajar…, tampoco lo había pensado hasta escuchar ahora a Juanjo o escuchar la pregunta iniciada por ti, Ana.
Juan José Zacarés: Con respecto al aspecto de generatividad, espiritualidad… Pues, hay múltiples conexiones, no es que yo haya pensado sobre esto mucho, pero una es bastante evidente, esa visión más amplia de significado, ese contexto de significado más amplio ayuda a sostener tu acción generativa ¿por qué ser generativos? Pues, seguramente, esa visión espiritual más amplia donde, en general, hay una visión siempre de una única humanidad, más allá de las distinciones, de los países y de las culturas, esa visión global, ayuda y sostiene la acción generativa que es difícil, es costosa, ha de superar muchos obstáculos, has de aguantar, has de persistir, no es fácil. Entonces, una primera conexión, sería claramente, como marco global que te puede dar a esa acción generativa y, de hecho, en las historias de vida de los adultos más generativos, desde luego aparece característico la existencia de un sistema de valores o creencias bastante bien articulado. Eso puede ser de distinto tipo, puede ser más filosófico, político o más espiritual, pero está claro que ahí hay un respaldo al compromiso generativo en la espiritualidad. Luego puede haber también una visión, como decís, que favorezca la autotranscendencia, efectivamente, el salir de uno, la espiritualidad en positivo, como las grandes tradiciones espirituales humanas, de todo tipo, realmente pueden impulsarlo.
Y luego, también, la propia espiritualidad ayuda a recoger también los frutos del impacto generativo, a valorar el impacto generativo que se tiene, con lo cual sigue reforzando también la propia acción. La acción generativa necesita algún tipo de retroalimentación, de valorar el impacto que tiene lo que haces. Sobre todo, en las personas más mayores es indispensable, y la propia espiritualidad que te va ofreciendo un sentido a lo que estás haciendo, te va permitiendo que esos resultados también los vayas integrando, vayas siendo más consciente de ellos y los vayas asumiendo. No sé, es un poco vago esto, pero sí que entiendo que acaba siendo un complemento importante de la acción generativa. No significa que sin esa espiritualidad no se puede hacer, por supuesto que se puede hacer, tú puedes como padre tener un sentido del deber sin ningún tipo de visión espiritual más amplia y estás siendo un padre súper generativo por ese puro sentido del deber. Eso está claro, pero una visión espiritual añade ese marco más global que te conecta a todo el resto de las personas. La generatividad es fuente de sentido en sí mismo, eso también lo han destacado muchos, es una fuente de sentido en sí misma. Si a esa fuente de sentido en sí misma le das ese marco espiritual que algunas personas lo pueden conectar con sus creencias y valores pues, evidentemente, sale todavía más reforzada.
Alejandro Iborra: Yo hablaba de espiritualidad como proceso en sí, como una manera de generar sentido, más que como un contenido concreto que puedas utilizar perteneciente a cualquier tradición, que es otra manera de articular el sentido y son complementarias las dos. Por ejemplo, también sé que eres miembro de la asociación Viktor Frankl[iv] y, justamente, es una de las personas que aportó también, de manera inspiradora, sobre esta tarea de construir sentido a la propia vida ¿cómo es esa asociación y qué te ha aportado a la hora de trabajar estos temas?
Juan José Zacarés: la asociación Viktor Frankl sería, evidentemente, un grupo, una asociación, evidentemente, generativa en la sociedad valenciana porque está claramente conectada con muchas necesidades que van llegando de la gente a través de los centros de salud, que envían personas a la asociación por un duelo, una pérdida… Está formada por personas que libremente, y sin ningún tipo de ganancia económica, están ahí, dando tiempo y conocimiento en ese acompañamiento personal. Nadie dudaría que es un grupo generativo en ese ámbito de realidad. Y yo me uno a ella por mi admiración por la figura de Viktor que había leído y conocido. El propio impacto generativo del propio Viktor Frankl, de sus ideas y de sus aportaciones, genera a su vez personas que quieren seguir aplicándolas y ayudando a otros.
Lo que más me admira es cómo todos desde su aportación voluntaria van ofreciendo y permitiendo que siga la asociación generando recursos y posibilidades de todo tipo, a través de charlas, grupos de autoayuda, acompañamientos individuales. Entonces, eso me asombra porque dices: “bueno aquí todo está cogido por hilos, todo es muy precario, pero a la vez esto no para y sigue creciendo”. Y en la pandemia pues fíjate, que parecía que iba a ser una situación súper difícil y ha sido todo lo contario: ha sido de más crecimiento, aprovechamiento, se han generado conferencias y charlas virtuales para todo el mundo, se atiende por teléfono más que antes… En ese sentido, todos los que estamos en la asociación Viktor Frankl tenemos claro que hay que buscar el sentido de cada situación y de cada momento, en el sentido individual y como grupo, para seguir adelante. Aunque yo estoy más en un segundo plano, no estoy en la atención directa porque ya mi vida no da más de sí, hay otros compañeros que lo hacen. Pero sí he contribuido a algunos aspectos de formación de voluntarios que tenemos todos los años, de conexión con la facultad o con una visión un poco más académica del tema. Y desde esa admiración por Viktor Frankl la asociación sigue creciendo.
Me sigue pareciendo algo sorprendente la cantidad de personas que cada año se siguen uniendo, siguen aportando… y te encuentras gente excepcional. Recuerdo una mujer que perdió a su hija, que estaba estudiando en Argentina y falleció por una complicación. Claro, la experiencia de perder a un hijo es una de las más duras que se puede vivir, y, bueno, ha reconvertido toda esta situación para generar grupos de padres que han perdido a sus hijos, ha liderado ese proceso, ha conectado con la asociación y nos sigue ayudando y dando a conocer y yo digo: “bueno, esto es impresionante”. Y como esta persona te diría varias más, muchas desde su duelo particular como lo han reconvertido y lo han transformado en algo positivo hacia otros. Muchos se han quedado luego como voluntarios, otros simplemente como colaboradores en lo que haga falta. Y quien ya tiene una cierta preparación como psicólogo pues, evidentemente, como acompañante, como orientador que se dice.
Alejandro Iborra: Has mencionado valores importantes, son actividades voluntarias, libres y gratuitas ¿no? Y de nuevo me parecen tres valores muy transgresores.
Juan José Zacarés: Sí, totalmente, en ese sentido la asociación, ahora que lo dices, es muy transgresora. No se cobra nada a nadie, bueno, se pide siempre si alguien puede dar un donativo y todo se hace porque le demos sentido a lo que se hace. Cada uno aporta lo que puede. Cuando falleció a los 55 años el presidente de la asociación que había sido su espíritu y que, evidentemente, también era una persona generativa, un abogado, y pensábamos que podía flaquear todo, supimos transformar la evolución de la asociación en otra cosa al no estar él. Y eso me viene bien para hablar de lo más difícil de las acciones generativas que es el dejar ir: crear, mantener y dejar ir, dejar ir a los hijos, o a lo que has creado (si ha sido un producto).
Si una asociación como la nuestra, por ejemplo, durante tanto tiempo está marcada por la personalidad del presidente, que era un todoterreno, lo hacía todo, estaba en todo… Claro, qué difícil es que luego eso se mantenga y no se diluya todo. Entonces, bueno, él supo dar algunas claves como si intuyese que iba a faltar, se dejó la presidencia y durante esos últimos meses supo dar ahí también algunas claves para ir transmitiendo lo que cada uno tenía que hacer. Y resulta que al poco tiempo enfermó y, por una complicación, falleció. Entonces, en esa pequeña historia de la asociación, ha sido importante eso que yo leo en esa clave generativa: a veces lo difícil que es para las organizaciones poder continuar cuando desaparecen algunas personas. En otras ocasiones también porque se aferran y no quieren dejarlo, claro.
6. Ser generativos como postura de vida
Alejandro Iborra: Me parece una idea muy interesante para ir concluyendo. Sobre todo, porque Juanjo tú no eres un teórico de la generatividad, no solo, yo creo que eres de las personas más íntegras que yo conozco y en todo lo que has contado rezuma generatividad porque lo estás viviendo con muchos ejemplos de ello. Lo que más me interesa a mí no es una explicación racional e intelectual de la generatividad, sino ejemplos en vivo de una vida particular donde se manifiesta y que justamente es de donde más podemos aprender los demás para llevarlo a cabo en las nuestras. No sé, Ana, ¿cómo lo ves? ahora conoces más a Juanjo.
Ana Belén García-Varela: Claro, conocía esa faceta más teórica que había leído y escuchado, pero siempre en contextos académicos. Me ha gustado mucho también conocer esta última parte de tu trabajo en la asociación, me parece que es muy interesante y, es verdad, estoy de acuerdo con Alejandro, es una actitud generativa ante la vida, ante las situaciones, las personas… Y creo que eso se ve muy bien en lo que nos has contado de tu experiencia de las comunidades en las que participas y cómo lo haces, un gran ejemplo. Me recuerda mucho a las actividades que se desarrollan desde Soka Gakkai como una asociación también generativa que permite desarrollar contextos de apoyo entre las personas y que tanto ha ayudado también en esta época de pandemia.
Juan José Zacarés: Sí, bueno, no sé, lo que sí que os diría es que yo estaba predispuesto a encontrarme con la generatividad y la generatividad me encontró a mí, y entonces… [risas]. De la generatividad no sabía más de las cuatro cosas que había oído en la carrera y poco más, y cuando Emilia me propone en la lección magistral de la titularidad: “oye, prepara una cosa sobre la generatividad, desarrollo adulto…”. Tú ya conoces a Emilia [Alejandro] y esa apertura que tiene de las cosas y esa originalidad y yo dije: “pues sí, Emilia, vale, vamos a ver qué pasa”. Y, entonces, entro en el tema y digo: “oye, esto es un manantial inagotable” y entonces ya lo he hecho mío, y por eso digo que me ha encontrado a mí y ya no lo puedo separar, es verdad, esa conciencia que tienes siempre de influir en el desarrollo de otros.
No lo puedo separar cuando estoy con los estudiantes. Desde el minuto uno ya, cosa que claro, no lo tenía así desde el principio de manera tan evidente, pero es ahora, ya los veo y cada vez me importan menos los contenidos y más las actitudes, los valores, la disposición hacia las cosas que tengan… Los veo ya sentados en primero y ya digo: “estos van a ser futuros psicólogos y si nos les hablo de esto, no les digo esto… Nadie se lo va a decir”. Es una sensación un poquito curiosa y yo creo que tiene que ver con cómo el concepto de generatividad al final lo he hecho parte de mí, de forma que digo siempre “no puedes cuidar de todos, todo el tiempo” eso es imposible, entonces también hay muchas lagunas y muchos aspectos que uno no cuida tanto, no puede o no sabe.
Ana Belén García-Varela: Es un aprendizaje también, un proceso.
Juan José Zacarés: Exacto, sí, sí. Y, bueno, hay ejemplos muy claros. El propio Erikson tuvo un hijo con discapacidad mental y parece que no se preocupó realmente, lo recluyeron en un centro y apenas fue a verle, de eso me enteré unos años después. Y fíjate él, o el propio Nelson Mandela que fue el padre de la nación, la generatividad cultural en un extremo, uno de esos grandes personajes… cuando se jubiló, dejó de ser presidente, mejor dicho, dijo: “me voy a solucionar los asuntos de mi familia”, pues no había podido cuidarlos antes. Entonces, yo, en ese tipo de situaciones digo: “bueno, evidentemente, hay aspectos que no has podido cuidar como uno hubiese querido”. Los conflictos generativos… de qué te ocupas y con qué intensidad… entonces eso lo voy meditando con el paso del tiempo y me ayuda a decir: “esto me toca a mí y de esto me tengo que ocupar y lo otro ahora ya no puedo hacerme cargo yo”. Esto me ayuda cada vez a ser más selectivo, eso también es verdad.
Alejandro Iborra: Qué útil, porque a veces parece que somos omnipotentes, y, al contrario, somos muy limitados, y esa creencia de omnipotencia agota mucho también y puede ser terrible.
Juan José Zacarés: Por eso yo también veo lo que hay en la biografía de grandes personas y dices… La generatividad es un desafío que todos vamos a afrontar y que, bueno, la resolución óptima no existe, lógicamente, tiene que predominar el cuidado de algunos aspectos en los que tú eres importante, pero ese tema del estancamiento está ahí también, en nosotros.
Alejandro Iborra: No hemos hablado del estancamiento, aunque no nos da tiempo ya de hablar mucho de ello… Es muy importante también la necesidad del estancamiento para generar algo que solo puede surgir de ahí, porque parece que no, que siempre tienes que estar ahí con esa inercia de generar, generar… O de ser generativo, yo creo que el estancamiento también puede ayudar, tiene una parte positiva. No olvidemos siempre que las resoluciones de las crisis de Erikson nunca son unipolares, siempre necesitamos el estancamiento también… Porque es lo que te puede mover a tratar de algo nuevo.
Juan José Zacarés: Y en la etapa adulta hay periodos de “barbecho” que digo yo, que está uno ahí un poquito más… después de alguna situación, replanteando, reflexionando.
Alejandro Iborra: Es como esa idea del vacío fértil, una imagen positiva.
Ana Belén García-Varela: Bueno, de alguna manera lo hemos tratado, cuando Juanjo habla de la pandemia también como ese momento de replantearnos para qué sirve.
Juan José Zacarés: Sí, totalmente, es verdad. Y de hecho hay gente que ha replanteado metas en su vida y, a lo mejor también valores, es decir, que puede haber sido fértil. “La versión Browning” es una película que me sugirió Emilia. Tú sabes que todo lo que te dice Emilia siempre es interesante, entonces, Emilia me dice: “mira está película, tiene que ver con el estancamiento de un profesor”. Entonces, a diferencia de otras películas que están más centradas en los profesores generativos… Tiene una versión clásica del 51 y otra más del 94, al decir tú ese estancamiento, seguro que le sacas partido también. [Alejandro Iborra: No la conocía]
Juan José Zacarés: No, no, yo tampoco. Me dijo Emilia que está basada en una obra de teatro, en la versión del 51 está en blanco y negro, pero con diálogos así muy rítmicos y en la versión más moderna (no la he visto, he visto el tráiler), más, así, de nuestro momento, pero trata el estancamiento de un profesor que dice “para qué he estado aquí todo este tiempo”.
Alejandro Iborra: Es curioso, estaba pensado en cómo mencionamos a Emilia cada cierto tiempo, que no deja de ser nuestra profesora, es una conversación que mantenemos nosotros, pero aludimos a alguien que no está aquí, pero está aquí también y me gusta terminar con esta sugerencia suya, porque es verdad que Emilia siempre es una persona que inicia, es una iniciadora de procesos, de proyectos, de ideas… A partir de sus sugerencias y eso tiene mucho valor.
Juan José Zacarés: Sin ella ya no estaría hablando de generatividad, seguro.
Alejandro Iborra: No estaríamos ninguno de los tres probablemente, teniendo en cuenta las conexiones posteriores. Muchas gracias, Juanjo, por querer conversar con nosotros y espero que sea una conversación que, a su vez, contribuya a dar qué pensar o a generar ideas y otros proyectos en otras personas que lo lean. No va a quedar aquí o me gustaría que no lo hiciera, que otras personas se puedan beneficiar de ello como quieran y consideren.
Ana Belén García-Varela: Si os parece bien os iba a proponer una fotografía conmemorativa, el recuerdo de esta sesión.
Juan José Zacarés: Ha sido un placer y un gusto y, realmente, pues eso, es inagotable este tema y podemos seguir hablando en otro momento, a ver si ya presencialmente.
Alejandro Iborra: Lo ves, el diálogo es en sí un marco generativo porque hay ideas en las que yo nunca hubiera pensado si no llega a ser por… De hecho, tenía otra idea al principio de lo que podría haber sido la conversación y hemos ido por otro derrotero. Y eso está bien, nadie ha tenido la conversación que pensaba y eso es bueno [risas], no hemos impuesto nada, ningún guion, si no yo creo que no es una buena conversación, tiene que haber espacio a la novedad.
Juan José Zacarés: No me he sentido entrevistado para nada.
Alejandro Iborra: Eso es bueno, entonces. Bueno, muchas gracias, Juanjo [A Ana Belén García-Varela: muchísimas gracias], espero que nos veamos pronto.
[1] Juan José Zacarés González es profesor Titular de Universidad del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia. Su línea de investigación principal se ha centrado en el estudio de los procesos de identidad en adolescentes y durante la edad adulta.
[2] Alejandro Iborra Cuéllar es Director del Instituto Universitario Mixto de Investigación en Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda de la Universidad de Alcalá. Es también profesor Titular de Universidad e imparte docencia en el Departamento de Ciencias de la Educación de dicha Universidad.
[3] Ana Belén García Varela es Subdirectora del Instituto Universitario Mixto de Investigación en Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda de la Universidad de Alcalá. Además, es profesora Titular de Universidad e imparte docencia en el Departamento de Ciencias de la Educación de dicha Universidad.
Nota
[iv] Viktor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austríaco, así como un sobreviviente del Holocausto. Frankl fue el fundador de la logoterapia, que es una forma de análisis existencial, la «Tercera Escuela de Psicoterapia de Viena». Para más información: https://asociacionviktorfrankl.es/
Referencias
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Ryan, R. M. y Deci, E. L. (2000). Self‐determination theory and the facilitation of intrinsic motivation, social development, and well‐being. American Psychologist, 55, 68‐78
Ryff, C. D. (1995). Psychological well-being in adult life. Current Directions in Psychological Science, 4(4), 99-104.
Wagner, R. K. y Sternberg, R. J. (1985). Practical intelligence in real-world pursuits: The role of tacit knowledge. Journal of Personality and Social Psychology, 49(2), 436.
Zacarés, J. J. (1998). La madurez personal: perspectivas desde la Psicología. Pirámide.
Zacarés, J. J., Iborra, A., Tomás-Miguel, J. M. y Serra-Desfilis, E. (2009). El desarrollo de la identidad en la adolescencia y adultez emergente: Una comparación de la identidad global frente a la identidad en dominios específicos. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 25(2), 316-329.