Dialogando sobre la generatividad:
Conversación con Juan José Zacarés (I)

Por Juan José Zacarés1, Alejandro Iborra2 y Ana Belén García-Varela3
CUADERNOS DEL INSTITUTO IKEDA · 3 · Jun. 2021


RESUMEN: En este artículo dialogamos con Juan José Zacarés, Profesor Titular de Universidad del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia y experto en el tema de la generatividad. En este diálogo, más allá de planteamientos teóricos sobre este concepto, conversamos sobre cómo desarrollar una vida generativa en la que podamos crear valor. Para ello, Juan José nos habla de sus experiencias desde ámbitos como el personal o el profesional para entender cómo ese ejercicio generativo se construye en conexión con otras personas como parte de nuestro desarrollo evolutivo y crecimiento personal.   

PALABRAS CLAVE: Generatividad, legado, identidad.


ABSTRACT:In this article we have a dialogue with Juan José Zacarés, Professor from the Department of Developmental Psychology and Education at the University of Valencia and an expert on generativity. In this dialogue, beyond theoretical approaches to this concept, we dialogue about how to develop a generative life in which we can create value. So, Juan José tells us about his personal and professional experiences to understand how this generative exercise is develops in connection with other people as part of our personal development and growth.

KEYWORDS: Generativity, legacy, identity.


De izquierda a derecha de la imagen, Juan José Zacarés, Alejandro Iborra y Ana Belén García Varela

1. Introducción

Juan José Zacarés es desde 1999 Profesor Titular de Universidad en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia, donde dirige el Máster Universitario en Psicogerontología. Trabajando codo con codo con la catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación Emilia Serra Desfilis, ha contribuido a introducir en España una concepción de la Psicología del Desarrollo basada en la perspectiva del Ciclo Vital. En su trayectoria académica, Juanjo ha sido pionero en la realización de trabajos de investigación sobre el estudio de la madurez personal (Zacarés, 1998), la construcción de la identidad en la adolescencia (Zacarés et al. 2009), la generatividad (Zacarés y Serra, 2011) y el envejecimiento óptimo (Gutiérrez, Serra y Zacarés, 2006). La influencia de Erik Erikson es notable en su trabajo, ilustrando su marcado carácter humanista. Además de su labor investigadora, es importante resaltar el impacto de su labor docente. Juanjo fue una de las primeras personas en introducir las aportaciones de la psicología positiva, como el bienestar psicológico (Ryff, 1995), la teoría de la autodeterminación (Deci y Ryan, 2000); la inteligencia práctica (Wagner y Sternberg, 1985) así como más recientemente talleres de afrontamiento de la muerte. Su labor de introducción de temas punteros en la Psicología del Desarrollo es palpable también en el número de tesis doctorales dirigidas en estos últimos 20 años. Su curiosidad, sagacidad y lucidez intelectual son bien conocidos entre los que hemos tenido la suerte de coincidir con él, pero ante todo queremos destacar su honestidad, coherencia e integridad personal, que se manifiestan en sus relaciones personales y profesionales. Es un privilegio para nosotros poder contar con él en este número de la revista.

2. Comenzando a dialogar…

Alejandro Iborra: Gracias por aceptar la invitación que sé que estás muy ocupado. Ana también, desde luego. El propósito de que nos reuniéramos hoy era tener una conversación, que no una entrevista, sobre algunos temas de los que vamos a hablar en el próximo número de la revista del Instituto Ikeda. Sabes que tenemos una publicación semestral y el próximo número de la revista gira en torno, precisamente, a la generatividad docente. Estamos todos embarcados en este proyecto de escribir un capítulo para un libro monográfico sobre la generatividad que se publicará este año, pero queríamos hacer algo paralelo en la revista que tenga otro tono y otro enfoque. Y tenemos la tradición ya, en la revista, de incluir siempre alguna conversación en cada número, porque parte del espíritu del instituto es favorecer prácticas dialógicas. En parte, porque Daisaku Ikeda se caracteriza en mantener diálogos con personas relevantes en diferentes instituciones de todo el mundo. Por eso, nos parecía interesante mantener esa tradición del diálogo como una manera de construir, compartir y divulgar conocimiento. Y cuando digo diálogo es abierto, no seguiré un guión, estaremos abiertos a lo inesperado de toda buena conversación. No se trata, ni de un monólogo, ni de una entrevista ¿Qué te parece la propuesta?

Juan José Zacarés: Hombre, muy sugerente. Me parece que una conversación, reflexión e interacción con personas interesadas en el tema de la generatividad es una “joyita” que no suele abundar mucho. Sí he hablado de este tema en clase o interpelado en algunos grupos de adultos porque es siempre un descubrimiento para ellos. Por ejemplo, la semana pasada abordé el tema de la generatividad con personas mayores, en el envejecimiento y, claro, es abrirles posibilidades y afianzar lo que estaban haciendo; eso es muy interesante. Pero lo hacía como profesor, desde el que difunde conocimiento y esto que me planteas es otra cosa, es dialogar sobre este tema que es siempre inagotable.

Alejandro Iborra: Además, es un espacio abierto de diálogo y cuando surgió este tema tenía claro que lo quería hablar contigo. Tenía dos personas para hablar de esto: con Emilia o contigo, porque sois mis maestros en este y otros muchos temas. Tengo que explicitar que tanto tú como Emilia fuisteis profesores míos en la carrera de Psicología. A veces tenemos esta broma de que Emilia[i] es la primera generación, tú la segunda y yo la tercera. Es una broma relacionada con esto porque nos hace partícipes de una tradición, de la que forma parte mucha gente, y que tiene en común la manera de enfocar la Psicología del Desarrollo, en el marco del ciclo vital (Psicología del Ciclo Vital), donde el trabajo de Erik Erikson ha sido una influencia inspiradora y fundamental para todos nosotros como algo peculiar que se trabaja especialmente en la formación de Psicología del Desarrollo en la Universidad de Valencia.

Juan José Zacarés: Siempre me ha llamado la atención que cuando profundizas un poco en la visión de Erikson, la das a conocer con más detalle, con las implicaciones que tiene, de un modo que se conozca mejor el carácter abierto y procesual del desarrollo continuamente, como cada fase te abre posibilidades sobre lo construido anteriormente… la gente se sorprende porque, seguramente, ha tenido una visión muy global y estereotipada de Erikson con las etapas y sin entender muy bien qué supuso. Entiendo que en otras universidades ha sido uno más de los teóricos evolutivos, y a lo mejor no ha llegado al nivel de la importancia de Piaget o de Kohlberg en el ámbito moral, pero evidentemente siempre se ha citado y se ha considerado, al menos le han reconocido siempre haber sido de los primeros en hablar del desarrollo también en el ciclo de la vida, en la etapa adulta. El comienzo de la explicación del desarrollo en la etapa adulta se suele hablar de Erikson, aunque después se pierde por el camino y es verdad que, en Valencia, clarísimamente, por influencia de Emilia, nos ha ido sembrando la inquietud, y desde ahí lo hemos compartido como docentes y continúa como un sello de identidad.

3. Sobre las aportaciones de Erik Erikson

Ana Belén García-Varela: No sé si es una pregunta demasiado amplia, pero pensando en los lectores de la revista, como puede que algunos de ellos no conozcan el trabajo de Erikson, ¿qué destacaríais o qué pensáis que podría ser la aportación más relevante del trabajo de Erikson?

Alejandro Iborra: Hay una cosa que Juanjo ya ha dicho, y es que tiene una perspectiva del ciclo vital, una perspectiva que abarca todo: “de la cuna a la tumba”. Y eso, ya de entrada, me parece necesario en una concepción de Psicología del Desarrollo que incluye todo el ciclo vital; enfatizando la necesidad de ver cómo el pasado influye en el futuro, y el futuro está conectado con el pasado; cómo cada momento del desarrollo es una oportunidad de integrar tareas pendientes y de preparar tareas futuras. Yo creo que eso es una idea que me quedó clarísima en un curso de doctorado que impartió Juanjo, por allá en 1999, en torno al trabajo de Erikson, analizando la película “Fresas salvajes”, que es uno de los hitos para mí en mi formación, para comprender el trabajo de Erikson en esa película a través de otro genio como es Ingmar Bergman. Tengo que decir que, tanto Emilia como Juanjo, fueron de las primeras personas con las que aprendí a cómo usar películas y métodos narrativos para explicar cuestiones teóricas complejas y, en parte Erikson también hacía eso en su análisis de autobiografías. Es un autor prolífico, escribe mucho y parte de su trabajo no tan conocido es sobre biografías psicológicas como la de Gandhi; de personas que encarnaban para él alguno de sus ideales, o, al menos, algunos temas que él había estado estudiando en relación con la generatividad o la propia identidad, por citar algunos de sus temas más conocidos. Erikson es conocido por las 8 crisis, pero no se entiende bien la estructura integrada de esas crisis, bueno, no sé si crisis, o mejor, tareas evolutivas.

Juan José Zacarés: Es mejor llamarlo así, tareas evolutivas, para no mezclarlo con otros conceptos de crisis más operativos. Coincidiría contigo en remarcar la importancia del desarrollo continuo a lo largo de la vida, lo hizo de los primeros, como pionero. El carácter abierto y reconstructivo continuamente que tiene cada etapa. Es verdad que cada etapa tiene su momento propicio para resolver esa tarea, o sea, unos elementos clave para resolverla, pero a la vez permite retomar todos los resultados de las tareas anteriores. Que cuando, por ejemplo, una persona va acumulando debilidades en su YO, en su personalidad, por una resolución negativa en las tareas anteriores no significa que sea un callejón sin salida, no significa que sea todo cerrado, puede en la tarea siguiente volver a replantearse.

Por ejemplo, tiene implicaciones en cómo interpretar los programas educativos para aquellos chavales que llevan una historia de fracaso escolar, de alejamiento de la escuela. Entonces llegan las escuelas de segunda oportunidad y todos estos programas equivalentes que se han ido dando, pues, en el fondo, a nivel evolutivo ¿qué significa? Volver a plantear la tarea de identidad en un contexto facilitador de esa maduración de identidad y todas aquellas debilidades que se arrastraban desde la etapa infantil (desconfianza, dificultades para la propia autonomía e iniciativa, sentimiento de inferioridad que se ha ido gestando en la etapa escolar con todos los mensajes negativos que han ido recibiendo…). Pues, bueno, el contexto optimizador que puede ofrecer estos contextos compensadores permite retomar todas estas debilidades y conectarlas con la tarea crítica en ese momento que es la formación de una identidad ocupacional que luego tendrá que ver también con las relaciones, con los valores… Siempre me ha llamado la atención que hay adultos que son modelos para estos chavales, profesores y educadores, y diríamos que todas las malas relaciones que tenían anteriormente con adultos pueden retomarse aquí y hacerse más positivas. Y eso es una reorientación, por ejemplo, para su desarrollo futuro. En ese sentido, Erikson me da mucho juego porque me permite entender eso. Cuando los chavales me dicen: “aquí he ganado en autoestima, aquí me valoran, aquí realmente he entendido lo que es la confianza, me siento más capaz…” Para todo eso, Erikson nos da herramientas.

Podemos pensar también en relaciones de pareja entre personas adultas con temas de identidad que se han ido haciendo problemáticos. Por ejemplo, una relación de pareja que plantea la tarea de la intimidad vuelve a su vez a posibilitar que se retomen ahí esas cuestiones de identidad autónoma. Entonces, siempre me ha llamado mucho la atención esto, cuando entendí ese carácter abierto de Erikson, esa dinámica. No hay nada nunca completamente cerrado ni completamente resuelto en negativo. También lo contrario…, que te haya ido bien en tu desarrollo no significa que automáticamente resuelvas, de modo satisfactorio, los nuevos retos como la intimidad o la generatividad. Y en este sentido, siempre es un impulso para el desarrollo.

En respuesta a lo que preguntabas, Ana Belén, también veo muy importante la idea de Erikson que suele estar en muchos de sus escritos de conexión entre las generaciones sobre que el verdadero desarrollo, el más genuino, se refiere a cuando se conectan personas de distintas edades, sobre todo, compartiendo alguna actividad significativa de forma que las dos generaciones se necesitan mutuamente para su desarrollo; no solo la más joven, no solo los más pequeños. Y siempre digo: “los niños sanos no temerán a la vida, si sus mayores tienen la integridad necesaria para no temer a la muerte”; y ese cierre del ciclo me parece importantísimo. Cuando tú entiendes esa idea de Erikson, te das cuenta de que Erikson estaría en contra de los guetos de edad, del edadismo y todo esto.

Alejandro Iborra: Es una concepción circular del desarrollo, es decir, no es la concepción lineal habitual como la que la mayoría de nuestros alumnos piensa en el desarrollo, que siempre va en positivo, avanzando. Suelen pensarlo como una especie de diagonal, de crisis que van avanzando hacia arriba, generalmente, de abajo hacia arriba a la derecha. Pero el modelo de Erikson es circular o espiral porque cada generación deja su brote en la siguiente y van como avanzando.

Juan José Zacarés: Es más de espiral o circular. La identidad no se resuelve de una vez en la adolescencia como parece a veces en esa diagonal, sino que vuelves una y otra vez sobre esa base de esa primera identidad y cuando te jubilas vuelves a plantearte cuestiones de identidad, por eso algunos viven la jubilación como crisis de identidad. Eso tiene que ver también con la jubilación de los profesores y cómo tienen que sustituir esa identidad de otra forma generativa, de otra forma propia, lo que es un reto en sí mismo también.

4. La generatividad desde un punto de vista evolutivo

Ana Belén García-Varela: Estaba pensando… Erikson habla de la generatividad a partir de los cuarenta años, y habláis de ese proceso cíclico, pero ¿consideráis que se puede ser generativo antes de los cuarenta años, evolutivamente hablando?

Alejandro Iborra: yo creo que teóricamente sí, porque cualquiera de las crisis o tareas del desarrollo posteriores está activa antes también. Entonces, ¿es un adolescente generativo? Sí, siempre y cuando esté pendiente de otras generaciones, pendiente de cuidar… Si está desarrollando habilidades de cuidado: cuidado de sus hermanos pequeños, de sus padres porque les está echando una mano en las tareas de casa… Yo creo que es una manera de desarrollar esta sensibilidad que, claro, se va a activar más en el momento en el que tú eres un adulto a cargo de otros. Eso es una parte, pero también cuando eres un adulto capaz de crear algo para la sociedad para que la que trabajas, eres un ciudadano activo en ese sentido. Existe también un componente de creatividad que forma parte de la generatividad que también hay que tenerlo en cuenta. Yo creo que el adulto autónomo, haya creado o no una familia (muchas veces se vincula a la paternidad, pero no solo), también puede tener esa idea de cuidar a otros para prepararlos para ser adultos. Yo creo que eso tiene también un lugar, cuando uno es un adulto “hecho y derecho”, pero que antes también es posible, sobre todo si hablamos de asignar tareas en las que los niños y/o adolescentes sean responsables de otros. Yo creo que sí se puede preparar.

Juan José Zacarés: Esa pregunta yo también me la he hecho y no te creas que lo tengo claro del todo. Es verdad, como dice Alejandro, que hay antecedentes; antecedentes y consecuentes (identidad en la jubilación). Esas tareas te van preparando, te van predisponiendo para una resolución más positiva o negativa cuando llega el momento propicio ¿cuál es el momento propicio? Cuando tienes las capacidades de decidir, de organizar, de influir sobre otros, que suele ser en una etapa adulta o más adulta, a partir de los veintitantos años, en la que ya puedes ir asumiendo estas responsabilidades. Antes, sin embargo, es verdad que hay cosas de las que tú te has empezado a ocupar y responsabilizar y pueden ser antecedentes de esas capacidades de cuidado que son importantísimas, no los minusvaloro, son importantísimos. Lo que quizá me falta ahí es como una clara conciencia de promover el bienestar en el otro, olvidarte de tu propio bienestar. Tú te olvidas de tu propio bienestar o tratas de hacerlo, tratando de promover el bienestar de los otros y su desarrollo y eso, quizá, no es tan genuino cuando eres adolescente, cuando eres más joven, pero bueno, también, por ejemplo, se ha planteado hasta qué punto la generatividad es diferente de la mera conducta altruista o la de ayuda.

El propio McAdams[ii] se lo planteaba y quizá tiene que ver con hasta qué punto está presente o no esa preocupación real por promover el desarrollo del otro y de la conciencia de tu papel en ese desarrollo y eso, quizá, añade un plus a esa conducta altruista, de querer dar y eso sí que creo que no se improvisa hasta que no llegas a un cierto momento en tu vida y se acumulan experiencias. Quizá la experiencia de ser padre o madre es la primera que te cae ahí y dices: “bien, o yo soy el responsable o dimito de la tarea de ser padre”, pero en otros roles también se puede ir tomando esa conciencia y responsabilidad hacia el desarrollo de otros. Pero ya te digo que no lo tengo yo tan claro… qué sería la generatividad más juvenil. Desde luego, algunos hablan de deseos y aspiraciones generativas y la etapa más adulta es el momento de realizaciones, de productos generativos, realmente, de ver ya esas realidades. Pero es verdad que puede haber, en esos sencillos actos de cuidado, una semilla generativa… del hermano mayor que se preocupa del pequeño, de un chaval que es monitor de niños más pequeños y busca también favorecer aspectos de su desarrollo… Eso está ahí, está claro que todas esas situaciones de cuidado son antecedentes.

Ana Belén García-Varela: Yo estaba pensado en la idea de comunidad que a lo mejor actualmente se ha perdido un poco. Ikeda siempre nos habla de cómo estamos conectados con el entorno y de cómo nuestro bienestar es importante en cuanto estamos conectados con el bienestar de los demás. Y cuando ahora hablabas del tema del bienestar, yo pensaba que tal vez el problema está en el tipo de sociedad que generamos en la que los niños y las niñas no tienen responsabilidades o viven al margen de esa responsabilidad con su comunidad. Porque se me ocurrían muchas situaciones como las que tú decías: por ejemplo, cuidar a tu hermano. Y yo pensaba en mi propia infancia y cómo había situaciones en las que estaba conectada con mi familia y yo era la mayor de muchos primos. Entonces apoyaba a mis primos para que aprobaran los exámenes, los cuidaba o ayudaba a mi hermano o a mi madre porque ella tenía que trabajar, y la apoyaba en casa para que pudiéramos estar en más armonía… Esa parte, pienso que, a lo mejor, se puede perder un poco en esta sociedad cada vez más individualista que a veces piensa poco en los otros y que da poca responsabilidad a los jóvenes.

Juan José Zacarés: Evidentemente, la utopía en este tema sería hablar de sociedad generativa. Primero se habló del individuo generativo y, luego, en otro monográfico, McAdams[iii] ya lanza el reto y lo conecta también con algunos autores japoneses de la sociedad generativa aludiendo a que Japón había sido el único país que había creado un instituto para el bienestar de las generaciones futuras, de cómo afectarán nuestras acciones a las generaciones no nacidas, a las que no hemos visto todavía. No sé si esto sigue así, y hablaba en esa línea de la sociedad generativa, de cómo la generatividad podía ser una dimensión que atravesara todas las instituciones, contextos educativos, empresariales, políticos… Donde se pudiese diseñar la incorporación de las personas desde esa clave generativa, para que se pudiese ayudar mejor a ese desarrollo personal porque, a su vez, se tenía conciencia de que eso es lo que mejor cuidaba también de la organización entera, de todos los demás. Imagínate, desde los profesores jóvenes que empiezan hasta los trabajadores nuevos, hasta las conductas ecológicas en una comunidad que tiene que mantener su entorno. Entonces, sí que es verdad que el tema de generatividad va más allá de una responsabilidad individual, es algo que afecta a toda la sociedad, a todo el entorno que tiene que plantearse lo que es importante y valioso que se siga manteniendo. Tiene que ver con la transformación, la innovación y el cambio, y, a la vez, conservar aquello que vemos que es importante que no se pierda y, en ese sentido, va más allá del individualismo por sí mismo. La noción esta de generatividad tiene que ver enseguida con lo que nos planteamos, sobre todo desde el punto de vista cultural, como necesario para la supervivencia del grupo. En ese sentido, el propio Erikson empezó hablando solo de la generatividad de un modo limitado a lo parental, al principio, y después fue ampliándolo hasta hablar de, prácticamente, toda persona que pudiese necesitar esa ayuda en su desarrollo y de las instituciones sociales y recursos naturales que asegurasen la supervivencia de la generación futura. Es decir, dio un salto enorme, y yo lo explico ya así, directamente, que también tiene que ver con esa supervivencia de instituciones y de recursos valiosos.

Aquí en Valencia siempre pongo el ejemplo de cómo alguien luchó por el cauce viejo del río. Se quería hacer una autopista, una especie de circunvalación que distribuyese el tráfico, y un grupo de adultos, de asociaciones de vecinos, reivindicó el río para el pueblo. Eso ahora lo disfrutamos. No sabemos quiénes son aquellos que lo defendieron, pero nos hemos beneficiado de su acción generativa: querer dejar algo que sirviese mejor a toda la comunidad. Y hoy nadie discutiría que el río es un bien de Valencia, que es una maravilla cuando llega este tiempo y el fin de semana se disfruta. Y tú te has beneficiado de lo que otras personas, que no te han conocido a ti tampoco, hicieron, y esa es la clave de la sociedad generativa: cómo las decisiones que vamos tomando como sociedad facilitan o dificultan el desarrollo de los que vienen detrás, y, en ese sentido, rompe la visión estrecha individualista de lo que me beneficia a mí y ya está.

Alejandro Iborra: Claro, estaba pensando que es como una especie de expansión de los compromisos que uno adquiere, que conforman la identidad, como bien sabemos, pero la generatividad es como que estos compromisos se expanden ¿crees que tiene una dimensión más política, en el sentido amplio, los compromisos de la generatividad? Política en el sentido de cuidar de la “polis”, de la comunidad o de salvaguardar los valores de la comunidad ¿hay algo de eso?

Juan José Zacarés: Esa es la generatividad cultural que a veces no es fácil de explicar. Algunos dicen que se empieza por lo más parental y, poco a poco, ya no solo te preocupas por tus hijos, sino de los que son como tus hijos, por ejemplo, te implicas en una asociación de padres en el colegio, por los hijos de los demás y de ahí ya das otro salto y ya te preocupas por lo que queremos mantener como sociedad y puede ser más beneficioso para los demás. Ese es el plano de los valores, el plano más abstracto, más simbólico, no es fácil de definir, pero yo sí que entiendo lo que quiere decir ese nivel de la generatividad cultural.

Alejandro Iborra: Escuchándote lo veo como algo muy transgresor, teniendo en cuenta la sociedad actual, que es más de valores individualistas o instrumentales, hedonistas, ligadas a valores neoliberales. Lo veo muy transgresor, necesariamente transgresor, y eso creo que también se pierde, no le veo conservador, sino todo lo contrario.

Juan José Zacarés: Si te refieres a que, claro, de alguna manera tienes que romper con una serie de valores cortoplacistas, consumistas, inmediatos, instantáneos… Pues sí, la generatividad tiene que ir más allá de eso porque ya en este nivel cultural lo que te preocupa es que realmente se puede seguir manteniendo valores que sean más protectores, más cuidadores, que consoliden relaciones y no las debiliten, que mantenga los vínculos… y en ese sentido es un poco contracorriente. Ya es contracorriente pensar en los que vienen detrás, tener un poquito de perspectiva de futuro. Aunque temas como el cambio climático lo están poniendo clarísimamente de relieve porque ya no se ve tan a largo plazo y, en eso, los más jóvenes tienen claro que son los que más lo van a sufrir y es por eso que ellos se están movilizando, en parte por negligencia de la generación adulta que decía: “pues bueno, los que vengan detrás que arreen”, por no ser una sociedad generativa. Quizá ya desde los años 70 se podría haber actuado con mucha más diligencia. Entonces, bueno, es transgresor en ese sentido porque algunos valores generativos son contracorriente. También es verdad que la pandemia nos ha puesto un poquito más claro esa interdependencia de todos, aunque no sé qué vamos a aprender de todo esto, no sé lo que va a quedar, porque viendo algunas conductas… Es como “cierro este año y vuelvo al punto previo y me olvido de todo lo demás”, así no adelantamos nada, pero, desde luego, podríamos sacar de todo esto que hemos vivido con la pandemia la conclusión de la importancia de los vínculos y de la interdependencia unos de otros, de como nadie es autosuficiente… Este es el momento y la oportunidad.

(A la segunda parte del artículo. Las referencias de ambas partes se listan conjuntamente al final).


[1] Juan José Zacarés González es profesor Titular de Universidad del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia. Su línea de investigación principal se ha centrado en el estudio de los procesos de identidad en adolescentes y durante la edad adulta.

[2] Alejandro Iborra Cuéllar es Director del Instituto Universitario Mixto de Investigación en Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda de la Universidad de Alcalá. Es también profesor Titular de Universidad e imparte docencia en el Departamento de Ciencias de la Educación de dicha Universidad.

[3] Ana Belén García Varela es Subdirectora del Instituto Universitario Mixto de Investigación en Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda de la Universidad de Alcalá. Además, es profesora Titular de Universidad e imparte docencia en el Departamento de Ciencias de la Educación de dicha Universidad.


Notas

[i] Referencia a la Catedrática de la Universidad de Valencia, la doctora Emilia Serra Desfilis: https://www.uv.es/uvweb/universidad/es/ficha-persona-1285950309813.html?p2=eserrad&idA=true

[ii] Autor de referencia en los estudios de generatividad con obras de referencia como McAdams, D. P. y de St. Aubin, E. (1992) A theory of generativity and its assessment through self-report, behavioral acts, and narrative themes in autobiography. Journal of Personality and Social Psychology, 62(6), 1003–1015.

[iii] Se refiere a la obra de St Aubin, E. E., McAdams, D. P. y Kim, T. C. E. (2004). The generative society: Caring for future generations. American Psychological Association.

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